lunes, 10 de noviembre de 2014

Recortes – Empoderamiento africano y algunas ideas más sobre la educación subsahariana, Gabriel Bayemi



Nuestro papel no es hablar al pueblo sobre nuestra visión del mundo, o intentar imponerla a él, sino dialogar con él sobre su visión y la nuestra
(Paulo Freire, Pedagogía del Oprimido)



PARTE III. MUCHAS REFORMAS, MUY POCOS CAMBIOS

¿De dónde proceden las reformas educativas implantadas en los países subsaharianos? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Son reformas orientadas a la formación en autonomía de las poblaciones, o bien se orientan al mantenimiento del estado de cosas? ¿Quién elabora los programas, los contenidos, las trayectorias educativas? Y, una pregunta base, ¿por qué, pese a tantas reformas, nada o casi nada ha cambiado en el desarrollo sociocultural de la mayoría de la población subsahariana y su emancipación?

Yo no quiero construír más colegios en África Subsahariana. Quiero construír un nuevo modelo educativo que posibilite la incorporación de todas las niñas y niños y su mantenimiento público, no vinculado a intereses político-económicos (incluyo religiosos aquí), hasta todos los niveles de la enseñanza superior, incluyendo doctorados y cátedras de investigación para quien quiera acceder a ellas.

Feliz lectura.

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Tras el acceso de muchas excolonias africanas a la independencia, la mayoría de los estados constataron que la educación de tipo colonial no correspondía a las aspiraciones de las poblaciones africanas. En contra de ello, dado su carácter funcionalista y autoritario, ese modo de enseñanza escolar estaba destinado a favorecer la dominación del colonizador sobre el pueblo colonizado. Por este motivo, los nuevos líderes, van a asignar teóricamente una nueva misión a la educación, con el fin de construir la unidad nacional y el progreso social. Esta misión se recoge en la mayoría de los documentos oficiales de países recientemente independizados.

Pero en realidad, ¿hay verdaderas transformaciones en relación a los sistemas educativos construídos por la colonización? Si las hay, ¿en qué dominios?

Veamos algunos ejemplos concretos de reformas educativas en países subsaharianos.

  1. La reforma de la enseñanza en 1962 en Mali

Dos años después de su independencia, la República de Mali realizó una reforma educativa con el fin de adaptarse a las necesidades de su país, de suprimir su carácter elitista heredero de la colonización y de “descolonizar” los espíritus de la población. Las autoridades malíes querían desarrollar un nuevo sistema educativo de masas al menor coste posible, queriendo preservar y perpetuar la cultura malí a la vez que respetaba valores universalmente admitidos...

Desafortunadamente, este catálogo de buenas intenciones no ha dado lugar a los resultados esperados ya que la reforma no atacaba los problemas fundamentales del país. En el análisis del fracaso de esta reforma, Paul K.Fokam (2000) evoca tres factores:
  • El Ministerio de Educación estaba asistido por consejeros técnicos cuya misión oficial era ayudar al colonizador a reformar la educación manteniendo el statu quo
  • Los manuales escolares no estaban adaptados a la reforma, los dirigentes nacionales no tenían ni la formación ni la capacidad industrial ni financiera para producir nuevos libros (luego, los manuales de estudio siguen siendo los de los colonos franceses, con la consecuente invasión cultural que supone: cambio de Historia, etc)
  • El Estado no disponía de cuerpos de enseñanza capaces de aplicar la reforma, dada la falta de recursos financieros invertidos en ello: lo que muestra de hecho que la educación no era una prioridad

La conclusión hasta nuestros días es que la educación en Malí conserva numerosos aspectos coloniales tales como la utilización del francés como lengua principal y el mantenimiento de un carácter elitista. Sólo los ciclos de enseñanza fundamental, y en menor medida la secundaria, han conocido un muy ligero cambio. Es preciso decir, por tanto, que esta reforma educativa no ha alcanzado sus principales objetivos.


  1. La ruralización de la enseñanza en Camerún

En los años 70, las autoridades políticas camerunesas establecieron un diagnóstico del sector educativo que evidenciaba la inadaptación global del sistema de enseñanza a las realidades del país, al tiempo que mostraba la contradicción entre su débil eficacia y su elevado coste. Una reforma educativa llamada “ruralización de la enseñanza” se creó en las actividades del Tercer Plan Quinquenal de desarrollo de Camerún (1971-1976).

Globalmente, esta reforma se orientó a formar a maestras/os. La Escuela Normal de Enseñantes creada en 1967 se transformó en el Instituto Pedagógico Aplicado a la formación Rural (IPAR), visto como instrumento esencial de la puesta en práctica de la reforma. Esta institución debía formar a las/os enseñantes, elaborar nuevos programas educativos, y producir los manuales escolares.

El otro objetivo de la reforma era adaptar el sistema educativo, en especial el nivel primario, a las realidades de su país (entorno esencialmente rural). Sin embargo, la tentativa camerunesa de ruralización de la enseñanza ni siquiera ha conocido el comienzo de su aplicación. Bien al contrario, la reforma considerada por el poder político ha enfrentado el éxodo rural al urbano, pues se han abierto nuevos equipamentos escolares en la zona rural, al tiempo que las zonas urbanas experimentaban una regresión:

  • parálisis del desarrollo urbano e industrial
  • difusión de una enseñanza de baja calidad (objetivos, métodos y contenidos)

Se ha constatado que la sociedad urbanizada ha visto un detrimento de su calidad educativa y una reducción de los presupuestos, facilitando la proliferación de escuelas privadas de capital extranjero (vinculado y no vinculado a instituciones religiosas). Por su parte, la construcción de escuelas (a nivel infantil y primario) en el entorno rural del país no ha llevado consigo reformas estructurales de los contenidos, ni de los métodos de enseñanza, siendo por tanto insuficiente e ineficaz para mejorar el desajuste entre las necesidades reales educativas de la población y la oferta instiucional.


  1. La reforma de la enseñanza primaria y secundaria en Ghana

En 1987, para hacer frente a los déficits educativos del país, el gobierno ghanés formuló una reforma del sector a nivel de la enseñanza primaria y secundaria, cuyos objetivos globales eran:

  • crear un acceso equitativo a los servicios educativos
  • establecer un sistema de inversión en recursos para la educación
  • adoptar nuevos programas de estudio
  • mejorar la eficacia y reducir los costos

En el caso de Ghana, se aprecian tras las reformas algunos resultados, como el aumento de los recursos financieros destinados a la educación y la construcción de nuevas infraestructuras educativas. No obstante, muchas lagunas siguen sin resolverse, porque la reforma da prioridad a objetivos económicos y no estratégicos para fomentar el desarrollo social. Es decir, las medidas tomadas por las autoridades buscan rentabilizar (beneficios económicos) los servicios educativos antes que transformarlos en algo más justo.


  1. Algunas conclusiones

Del examen de estas tres reformas evocadas, podemos ver cómo distintos modelos de reformas en el ámbito educativo hacen que permanezca la tradición colonial en los sistemas de educación formal del África negra. El bloqueo del sector de la educación en el que viven la casi totalidad de los países de la región se manifiesta en el hecho de que las reformas llevadas a cabo desde su independencia son superficiales y no ahondan en la problemática principal: la instrumentalización de la educación por las potencias neocoloniales que impiden cualquier reforma estructural del sistema educativo.

En el plano sociológico, vemos con claridad que en el África negra postcolonial hay dos grandes clases sociales:
  • una burguesía esencialmente política (con enormes privilegios sociales, immensos poderes de decisión y la casi totalidad de las riquezas económicas de los países)
  • una base social (mayoría numérica de la población total de los países) marginalizada, de parados laborales, población rural, con precariedad e insuficiencia de recursos mínimos de subsistencia (acceso al agua potable, salubridad básica, alimentación diaria) y casi inexistencia de recursos básicos (acceso a atención médica, educación, trabajo)

Para la élite político-administrativa, el cambio del sistema escolar vigente no es un elemento esencial de su agenda. Es más, esta élite percibe la educación formal como un instrumento importante para reforzar su confiscación de poder en la medida en la que la escuela actual enseña la cultura de esta burguesía urbanizada y no permite desarrollar un espíritu crítico necesario para combatir las desigualdades sociales impertantes.

Otro aspecto del bloqueo es que, contrario a la burguesía europea, motriz de ciertos cambios sociales y de desarrollo industrial (siglo XIX), la clase dirigente africana es claramente depredadora. Su programa político y económico se limita a discursos que nunca se transforman en actos. Los dirigentes africanos dicen que la educación es una prioridad (con el contento occidental entonces), pero esto nunca se ve en sus políticas. Esta contradicción entre los discursos oficiales y la realidad cotidiana justifica los cambios de “fachada” que se realizan en el ámbito de la educación formal, sin nunca generar mayores transformaciones que las aparentes (reforma de una escuela, reubicación de enseñantes...).

Para terminar, es preciso señalar que la mayor parte de las reformas propuestas en la región se han elaborado sin un análisis suficiente del contexto, sin profundizar en los problemas esenciales. Las reformas han tenido lugar con improvisaciones y precipitaciones, sin la preparación que requieren. Además, toda reforma educativa debe siempre reflejar las realidades nacionales, las situaciones históricas, políticas y socioeconómicas en las que ésta se inserta, así como definir bien sus objetivos...

Una verdadera reforma no debe ser un maquillaje de los problemas estructurales. La reforma educativa debe ser una transformación radical de los sistemas de educación vigentes, con vistas a que sean instrumentos de desarrollo de las personas y del país. Llevar a cabo una verdadera reforma educativa va más allá de un acto técnico o burocrático: se debe incluír a la comunidad educativa, enseñantes, familias, alumnado, sindicatos... Si una reforma no reposa sobre una verdadera consulta social o sobre un mínimo de consensos, ésta deviene un acto autoritario, es decir, una decisión impuesta desde arriba (élite dominante) hasta la base.

(…) Y sigue...


No dejemos de informarnos.
Hay otra forma de vivir el mundo.

Un abrazo

-Isa-

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