sábado, 17 de octubre de 2015

Nuestra infancia nos necesita valientes


Si no fuera por ti,
porque veo llama clara en tu mirada,
moriría lentamente
en cada bala disparada;

si no fuera por ti,
y esa mirada,
estaría sepultada desde tiempo
mi esperanza.

Pero estás, estás para quedarte,
estrechándome con fuerza
desde el miedo,
estás en cada uno de mis versos;

tu infancia tierna
y tus labios prietos
me salvan de morir en el intento,
creando nuevas fuerzas para amarte.

Cuando tú me abrazas,
pequeño Maurice, no me abrazas solo,
me abraza la fuerza de la vida,
me abrazan las ganas de seguir
haciendo lo que hago.
 
Tu abrazo es eterno.




Cuando la sangre de infancia
riega los campos,
la tierra llora charcos
de injusticia,
y los perros beben...

Por el desarme real,
por el fin de la militarización
de nuestros niños,
por la libertad de la infancia.
Stop al dolor. Stop a las armas.
STOP AFRICOM.