domingo, 21 de septiembre de 2014

Recortes – Empoderamiento africano y algunas ideas más sobre la educación subsahariana, Gabriel Bayemi.



Inadapté et élitiste, le système éducatif africain d'aujourd'hui alimente
la crise en produisant des inadaptés économiques et sociaux, et en
dédaignant des pans entiers de la population active.

(Baba Hakim Haïdara et Stanislas Spéro Adotévi)



PARTE II. LA EDUCACIÓN SUBSAHARIANA: SERVICIO A OCCIDENTE.

Sigo traduciendo y parafraseando a Bayemi en español, de quien no me es posible encontrar nada en esta lengua, ahora en una introducción a las funciones de los sistemas educativos impuestos en África Subsahariana. Superada la creencia de que las políticas africanas actuales son independientes de la presión neocolonial, me siento movida a seguir exponiendo información al respecto. ¿Cuál es la actuación estatal que impide y bloquea el desarrollo de nuevas/alternativas formas de entender y vivir el mundo? El control absoluto, cerrado y autocrático de la educación. La educación como práctica de libertad (en palabras de Paulo Freire), la educación como base para acceder a otros mundos/otros modos, la educación como medio para generar un pensamiento autónomo y crítico con el estado de cosas existente.

El uso que las instituciones europeas (hablemos de Francia, por ejemplo...) hace de las instituciones africanas permite el control de la población y evita movimientos insurreccionistas (o en su caso, si han aparecido, los oprime y extermina) que generen cambios efectivos en el continente. En materia educativa, el control de la metodología, los contenidos y los medios de acceso/permanencia generan una población ajena a la mayoría de los procesos de mundialización/globalización en los que se hayan inmersas, apta entonces para perpetuar el statu quo (opresión, minorías elitistas extremadamente ricas con control militar sobre la población, y una mayoría en lucha diaria por su supervivencia -acceso a alimentos y agua potable, enfermedades infecciosas...).

Nos hago entonces la pregunta: ¿todo pasa en África? ¿Es que TODO pasa en África? ¿Está esa tierra maldita por hechiceros y serpientes de tres cabezas que prometieron aniquilar a la mayoría de sus habitantes humanos? En otro momento me gustaría hablar sobre el misticismo y el control político de la población a través del sectarismo y el miedo (todas esas sectas africanas... ¡oooh, mon frère!), pero ahora... entremos en materia: rompamos la ingenuidad y los rezos pasivos por la desdicha del continente subsahariano (continente, oui) para indagar sobre las causas político-económicas que permiten que las masacres humanas se sigan perpetuando EN LA MÁS ABSOLUTA IGNORANCIA DE LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN OCCIDENTAL. Aquí no hay brujos, hay HOMBRES. Hombres codiciosos, corruptos, maliciosos, violentos, infames, sin sentido alguno de responsabilidad social o empatía hacia su compañero/a humana/o, sanguinarios y crueles (todo lo cruel y tortuoso posible)... Aquí hay hombres. Hombres que dictan modelos de actuación, y hombres que los ejecutan. HOMBRES CULPABLES, hombres responsables directos de las violaciones de derechos fundamentales de la población civil subsahariana. Hombres que SUPRIMEN a las mujeres, más de la mitad de la población del continente. Hombres que oprimen a sus compatriotas, y a sus hijos, y a sus hijas...

Es por la necesidad y la urgencia de cambiar el paradigma de la 'desgracia africana' por el del empoderamiento africano por lo que escribo. Para que aquí como allí seamos conscientes, sepamos de facto que hay responsables, personas responsables. Acusables, por ello, señalables con el dedo. Para que rompamos los tapones de los oídos de quienes no quieren escuchar los berridos de dolor y de rabia de las/os que no pueden hacer nada más por cambiar su forma de vida, de todas esas mujeres y hombres, niños y niñas desesperadas a un arrojo existencial que las condena...

Hay culpables. Hay problemas bien identificados. Y mientras más claros tengamos los problemas, más eficientes serán las soluciones que planteemos. Hay soluciones. Depende de nosotras/os también, tengámoslo claro...


Función y utilidad de los sistemas educativos postcoloniales

Partamos de la afirmación que dice que la educación proporciona a la población destinataria la capacidad de iniciativa, de imaginación y de adaptación a los contextos en los que se inserta, al tiempo que le ayuda a generar respuestas rápidas de cara a los sucesos de la vida. Y afirmemos también que las personas beneficiarias de los sistemas educativos han de adquirir las herramientas eficaces para su supervivencia y la transformación del medio en el que se inscriben. Con esta visión, intuimos la utilidad de la educación, su sentido práctico. (Recordemos que no se trata esto de educar en 'transferir conocimientos' a un saco vacío o tabula rasa que pueda ser el educando, sino que el proceso de aprendizaje es bidireccional y ambas partes -educadora/educando- aprenden en el mismo).

Como señalamos en la Parte I, la actividad educativa no es neutra, sino que juega un papel político, social y económico en todos los países. En el África Subsahariana se ha de investigar explícitamente si las medidas educativas existentes contribuyen a subsanar los déficits de desarrollo de la región, o si por el contrario facilitan el mantenimiento de los hechos tal y como están ahora.

En líneas generales, podemos resumir con Bayemi los objetivos de la educación escolar (en relación al mundo/contexto) en:

  • Formar intelectuales aptas/os para producir una verdadera revolución social, una mejora de las estructuras socioeconómicas del continente y una eliminación de las élites monopolizadoras de las instituciones
  • Integrar a la juventud (formada) en el mercado laboral (combatiendo así la enorme tasa de desempleo juvenil con o sin formación), social y cultural, generando así una mayor motivación del alumnado por el acceso a los estudios reglados
  • Crear conocimientos actualizados a la realidad del mundo global actual: plantear los problemas y retos a los que se enfrenta la sociedad del presente y generar críticas constructivas y transformadoras

Al estudiar los casos de las instituciones educativas en el sur del Sáhara vemos que ninguno de estos objetivos se cumple. La educación formal en esta región es una herencia directa de la penetración europea del siglo XIX, que destruyó toda huella educativa previa en el continente. (El África tradicional tenía una forma de educación inclusiva y de naturaleza funcional en la que predominaba el carácter colectivo y social, sobre un doble plano material y espiritual. -Sí, familia, claro que había métodos educativos previos a la colonización europea, ya quedaron desmentidos los mitos sobre el negro asilvestrado antes de la entrada del buen blanco instructor-).

La entrada de los colonos europeos en el África Subsahariana supuso el inicio del exterminio de toda seña de identidad local, instituciones tradicionales, prácticas y metodologías educativas, organizaciones político-económicas... Para justificar la colonización, y teniendo en cuenta la minoría de hombres blancos que estaban en terreno en relación a la población total europea, se difamó de forma sistemática sobre la organización social de los pueblos africanos, su cultura y sus valores, reduciéndolos hasta tal punto de animalizarlos y ridiculizarlos en su existencia como pueblo (pueblo africano, pueblo plural).

Así, comenzando una larga historia de mentiras y desprecios hacia este pueblo que llega hasta nuestros días (por mucho que irrite reconocerlo, hermanas/os blancas/os), los colonos (y neocolonos) interpretan los hechos que se suceden en el continente en función de sus propios intereses, y manteniendo la prepotencia heroica que impide juzgar como negativo el rol mantenido por Europa hasta el momento (los salvadores, protectores, misioneros, padres de África...). [Pobres nosotras/os que en nuestra ignorancia aún seguimos sin comprender que África es una mujer, huérfana, libre, trabajadora e independiente cuyos hijos/as, aunque oprimidos/as, están en vías de desatarse de las cadenas que sus falsos padres, blancos, salvadores hipócritas, les pusieron hace más de cien años y aun ahora siguen apretando fuerte hasta hacer llagas...].

Misiones y colonos

Pero si las monjitas ayudan mucho a los negritos en África”... Ya. Simplifiquemos el asunto. No se trata de paliar daños concretos (asistencialismo, caridad, que genera dependencia del opresor/colono), sino de crear un cambio suficiente que proporcione autonomía (una mayoría de edad, si queremos ilustrarnos como los colonos afrancesados) al pueblo, una autonomía que le permita un autogobierno libre para tomar sus propias decisiones sobre su presente y futuro. Sí, el pueblo africano está constituido por mujeres y hombres inteligentes que, en sus óptimas condiciones socioeconómicas, puede llevar a cabo sistemas de gobierno democráticos (en el sentido más amplio del término, poder por y para el pueblo). Pero hay que dejarle. (¡DEJADNOS EN PAZ! Y en PAZ, digo. Porque hay guerras. Muchas. Y asumir que “mucha gente tiene que morir” porque es “ley de vida”, no me vale. Es ley del neocolonialismo-eurocéntrico-blanco-opresor y opulento. Y el que quiera morir, que se mate. Pero que dejen a los niños/as en paz...)

Las poblaciones del África Subsahariana siguen presas de la mano blanca (dorada, más bien) de las iglesias, instrumento colonizador europeo por antonomasia, hermano de las fuerzas militares, diciendo ser protectoras de los males que generan los propios africanos o de los males que la naturaleza (quizás fuerzas divinas) acarrean sobre esta desdichada tierra. La implantación de escuelas misioneras en toda la región subsahariana es algo no sólo numerosísimo, sino visible hasta para quien quiera evitar verlo, una vez pisado el suelo africano. Estas escuelas proliferan por todos los rincones de la región. Como ejemplo significativo de la instrumentalización de la educación a través de las misiones queda el hecho de que la mayoría de los líderes nacionalistas (políticos africanos) de la primera generación tras las 'independencias' han salido de instituciones escolares dirigidas o apoyadas por las iglesias cristianas. Con esta generación de primeros líderes, y las sucesivas políticas de implantación de metodología euro-cristiana en el ámbito escolar, se asegura la dominación y la explotación de África, justificada por el simple hecho de que la misión evangelizadora de los misioneros no se trata de una simple labor humanitaria, sino que ha funcionado como un precursor o un complemento de la conquista militar del territorio. Por tanto, se ha de decir que ha existido una estrecha unión entre los intereses de los misioneros y de los de los colonizadores.

De este modo, diciendo cumplir una misión civilizadora de la población africana (ojo al término “civilizador”, cómo animaliza y humilla a las personas locales), se imponen las lenguas europeas al tiempo que se inculcan las ideas y valores occidentales a través de una política de asimilación: procurando que la élite indígena devenga una clase de sujetos leales a la metrópoli. La dominación de los pueblos locales por las potencias europeas no se limita a una acción política y económica, sino que se entiende como un deber moral, para aportar 'claridad/luz' a los pueblos salvajes.

La creación masiva de escuelas misioneras por toda la región (hecho visto desde Europa como un acto benévolo de alfabetización de la ignorante población negra) desde el siglo XIX a nuestros días, y pasando desde las “escuelas de rehenes” de mediados del XIX hasta la actual (y nominal) “escolarización masiva”, no constituye sino un medio de perennizar la dominación europea sobre los africanos. Cualquiera que haya sido la potencia europea (Francia e Inglaterra en mayor medida) que haya creado estas escuelas, ha empleado el sistema educativo para mantener el dominio en el país colonizado, continuar explotando sus riquezas y aumentar el número de jefes locales (negros formados bajo este sistema neocolonial) que continúen con la relación de sumisión/dependencia de dicha potencia europea.

(…) Y sigue...

..........

Hermanas blancas/os, desde este lado de las pantallas, ayudadme.
Ayudadme a generar lazos de apoyo, una red más allá de las fronteras en las que se escuche sin reparos que EL PUEBLO AFRICANO ES SABIO, que tiene capacidades de autogestionarse (tanto o más que nosotros los europeos/as), que debe ser libre de toda opresión y control externo, que los individuos corruptos que llenan los despachos con aire acondicionado de las salas presidenciales africanas pueden desaparecer de escena, que no necesita nuestra mano protectora (porque no es un niño, sino una mujer, como escribía arriba), sino nuestra mano compañera que le apoye en su lucha por la liberación y emancipación...

No es justo. NO ES JUSTO, y todas/os lo sabemos.

Estoy des-espera-da, porque no quiero esperar más. Pero nunca des-esperanza-da. Porque cada persona oprimida que he conocido me ha enseñado, me ha dado fuerzas, para seguir con la esperanza de un África unida, autónoma, justa. Y mientras sigo viviendo tampoco me cuesta tanto trabajo esto de creer en ello...

Quiero que terminen los golpes.

Gracias por leer.

Un saco de abrazos.

-Isa-

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