martes, 8 de octubre de 2013

Desde la zona rural, con los pies embarrados...

Bambi es mucho más que el nombre de un cervatillo.
Eso pensaba mientras me acercaba por el camino embarrado,
levantando con fuerza los pies para evitar que se me quedaran
atascados en esa tierra densa y roja, poco firme, muy espesa.

Allá donde no se ven grandes edificaciones, donde la huella humana
a veces sólo se intuye por la huella de sus pies en esa tierra roja
y blanda, o por los cultivos ordenados a orillas del camino...
Allí donde se acaba un camino, donde hay una frontera, donde llueve
fuerte y duro, donde el paso se hace barro... allí está Bambi.

Todas las miradas se depositan en mí, ahora. La actividad del tiempo
de recreo se pausa. Las adolescentes sonríen como tímidas y curiosas,
algunas saludan entre risitas. Las más pequeñas/os corretean, se quedan
pasamadas/os o lloran, veo distintas reacciones. Una blanche ha venido
al colegio, a nuestro colegio. Una mezcla entre extrañeza y alegría.

En la escuela maternal (así se llaman las escuelas infantiles, que cada cual
saque la reflexión pertinente...) de Bambi no hay juguetes ni telas de
colores. No hay dibujos ni libros que estimulen y diviertan, de ésos
con los que nos encanta trabajar a las educadoras europeas... No hay
papeles, no hay cuadernos, no hay lápices ni colorines. Ni tijeras ni
pegamentos, ni pintura de dedos ni cartulinas para dibujar.

Las niñas y los niños de Bambi se sientan en fila, todas juntitas/os,
mirando a una pared-pizarra, donde la directora de la escuela repite
en voz alta nombres de objetos que ella misma ha dibujado en la 

pizarra. Son casi cincuenta, de entre tres y cinco años. Cantan al 
unísono en respuesta a las órdenes de la directora, que dirige el ritmo 
con una vara de madera.

Muchos ojitos me miran curiosos. Me siento en una esquina, y apenas

les quiero mirar, para que sigan atentas/os a la directora, para que no
se distraigan y no les zarandeen como castigo por estar mirándome. 
Estoy observando todo. Caminan lento hacia la pizarra a la respuesta 
de 'Madame, J'arrive!' Con poco o nada de entusiasmo, mirando hacia
abajo. Bueno... algún gesto juguetón aparece en alguno... y sonrío como 
aliviada de que queda algo de inocencia viva.

No puedo evitar comparar, aunque ya sé que 'esto no es Europa', 

aunque sé bien que esto es diferente, que 'ici c'est comme Ça?... pero
no puedo evitarlo, no es fácil cerrar los ojos y asumir la realidad 
sin más, sin hacerme miles de preguntas... Comparo porque en mi 
noción de 'realidad'no entraba esto, porque leerlo o pensarlo no es 
lo mismo que verlo, vivirlo, y ser consciente de que existe...Y también 
porque no veo un aula llena de alegría 
y juego, ni entusiasmo por aprender, ni preguntas;

porque no veo niñas/os inquietas/os toqueteando todo lo estimulativo 

de su entorno, sino que veo petits enfants regañados por descruzar los 
brazos mientras se sientan para repetir lo que la Madame dice en una voz 
muy alta (innecesariamente, pienso). 'Ici c'est comme Ça', de acuerdo. 
Pero podría ser de otra manera, hay un horizonte abierto, una puerta... 
y pienso que es ahí donde encuentro el sentido de estar aquí.

Tengo que cambiar rápido, para adaptarme a cada situación. 

No puedo juzgar sin aber, sin conocer las necesidades que envuelven 
cada entorno. No puedo mirar a la directora-sargento con recelo o con 
cierto enfado por ver cómo adiestra a las niñas/os. No puedo, cuando 
nos despedimos y en forma de semi-reverencia agradece mi presencia
y me dice que espera agradecidamente que pronto llegue allí 

a trabajar para ayudarles.

No puedo, porque la necesidad es inmensa, y ella hace su trabajo

de la mejor manera que puede y sabe. No puedo, no puedo juzgar 
nada, no puedo pensar en términos morales, sino puramente prácticos.
Y cada vez comprendo más cosas, y veo lo complicado que es
determinar una sola línea de actuación, que todo tiene múltiples 

focos, varias causas... que la teoría simplifica, lo simplifica y  
reduce tanto que se aleja de la realidad...

Sólo puedo admirar a las personas que viven aquí, 

que luchan y sonríen, que caminan cada día muchos kilómetros,
muchos pasos, para venir a Bambi a recibir esta educación,
porque no hay otra salida. Admiro a las profesoras de todas 

las escuelas rurales que, entre la tierra roja, dicen que quieren avanzar
y hacer mejor su trabajo y no saben cómo.
Admiro a las mujeres que sólo son consideradas en función 

de su 'capacidad' para críar hijos/as, admiro su lucha diaria, 
su sonrisa, su trabajo y la dignidad de su día a día.

Sólo puedo sentir respeto por el joven que critica 

el gobierno de su país, que trabaja
y estudia, y lucha por conseguir mejorar 

su situación personal y familiar. 
A la joven que aguanta los acosos callejeros,
 y los de dentro de casa, y que trabaja dentro y fuera.
Admiro y respeto a esos pequeñitos ojos que miran duro, 

como si fueran de piedra, que tienen una expresión seria, 
que no ríen. Los admiro porque saldrán adelante y vivirán sin
hacer daño al mundo, pese a lo que el mundo 

les ha hecho sufrir. Son mi motivación.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

... Y de pronto verme... 

aquí en el corazón de Áfrika, 
con ocho meses de tiempo por delante
 para trabajar aquí, llena de ilusiones y de fuerza de trabajo...

Y pienso:
Aunque yo no hiciera nada, aunque me quedara 

sentada toda la vida, yo iría
envejeciendo igualmente. Mis pieles se arrugarían y

colgarían, mis músculos se desinflarían, mis huesos 
rasparían en las articulaciones, mi voz temblaría,
y quizás la comida me supiera más gris 

y algún dolor me molestaría bastante.

Aunque yo permaneciera toda mi vida en una hamaca, 

el tiempo pasaría por mí.
Eso pienso a veces, como reforzando mi idea 

de que actuar es lo que me da vida.
Y porque mi vida a pasar igualmente, 

con el tiempo... por eso prefiero moverme y aprender.
Y sentir un ENTUSIASMO que me devora muchas veces. 

Como un arrebato,
un arranque ardiente de furia que me rodea 

y me arde dentro con fuerza renovada.

-----

Si es un poco eso de que 'nada humano me es ajeno',

pues entonces quiero aprender bien cómo otras personas, 
con otros puntos de vista, intentan llevar
o llevan esta existencia. Quiero saber, deseo saber, conocer. 

Comprobar como las distintas poblaciones humanas resuelven 
los problemas diarios, y los filosóficos
a los que se enfrentan por su misma condición de ser humanas. 



Mi motivación para estar aquí es la misma cada día. 

Yo me examino también, como
humana que se encuentra en otro entorno al que no 

está habituada. Me examino cómo pienso, 
cómo me voy sintiendo, dónde y con quién 
me voy sintiendo mejor...

Y tengo esos momentos en los que siento que estoy 

unida al presente, exactamente igual
que cuando lo siento allá,

a seis mil kilómetros,
con mi familia y amistades. Son momentos.

Soy una intrusa en una realidad que me es ajena. 

Pero que poco a poco la voy haciendo mía
también, me mimetizo con ella y bailo a su ritmo. 

¿Es ése el aprendizaje? ¿Quizás la tan
grandiosa adaptabilidad humana, o mía ahora? 

¿Y dónde queda? ¿Y para qué?
Todo el tiempo pregunto. Aunque viva y fluya.


-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Quiero mandar y mando toda mi mayor positiva energía 

a mi madre y a mi padre, especialmente.
También a mi hermana, a mis tías y a mi demás familia 

y personas amadas. A ti. Para que sintáis esta gran fuerza 
que aquí recojo, para que os cuidéis y podáis vivir un presente
feliz, placentero. Para que estéis tranquilas/os por mí y sepáis
bien que yo soy feliz haciendo y viviendo esto.
Sé bien lo que sentís estando allí, porque yo también he estado...


Porque, aunque estemos lejos en kilómetros, os pienso y os amo cada día.
Os dedico el mejor de mis trabajos, comparto con vosotras/os 

la mejor de mis sonrisas.
Siento vuestro cariño en los dolores y vuestra fuerza ante los nuevos retos.
Vivimos un mismo presente de esfuerzo y lucha, de pasión pese a la rutina.

Aunque estemos lejos en kilómetros, nos pensamos mutuamente.
En el metro o en la cocina. Yo entre el barro o en escuelas.
Hago lo que quiero hacer, me siento libre. Estoy disfrutando 

y aprendiendo... tanto como yo quiera. Deseo mucha paz y bienestar 
para allá, mi gente amada,mi gente que vive. Yo también espero, 
yo también vivo pensándoos.

Estemos felices de poder compartir distintas realidades. 

Estemos tranquilas/os.

Y que todo fluya al viento, con fuerza y suave.

Y la nueva fuerza crezca...




-Isa-

9 comentarios:

  1. No tengo palabras para expresar todo lo que siento, eres una persona entrañable y te admiro por todo ello. Miles de besos. Anye.

    ResponderEliminar
  2. Por muchos kilómetros que nos separen, quiero que sepas que siempre te tengo en el pensamiento y te deseo todo lo mejor. Te adora. pii.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igualmente. Hay un pinochito que siempre va conmigo en el bolsillo de la riñonera, como un amuleto, para darme suerte. Yo deseo todo lo mejor de vuelta, y muchos abrazos para ti.

      Eliminar
  3. Isabel, ¿sabes que te pasa? ¡Que estás viva! Te sientes viva y mucha gente no tiene esta sensación. Dejamos transcurrir los días muchas veces sin ser conscientes del tiempo que va corriendo. Eres afortunada, no lo olvides nunca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, María. Siempre lo siento, vivo mi suerte y trabajo para quienes no la tuvieron como yo. Un abrazo enorme, tú también estás muy viva, seguro ;)

      Eliminar
  4. Tan lejos pero tan cerca...realmente me cuesta encontrar las palabras para describir todas las sensaciones que me inundan cada vez que nos brindas la gran oportunidad de leerte. Contar con tus vivencias es un gran aprendizaje, un repaso de conciencia y crítica.

    Eres una gran persona con un gran corazón que compartes con todos sin prejuicios lo que te hace aún más grande, asiq sigue luchando, sigue aprendiendo y sigue viviendo esta experiencia con la misma pasión y entusiasmo.

    Muchos besos y abrazos!! María(rub)

    ResponderEliminar
  5. Gracias por tu apoyo y por todo, Rubi. Sirve mucho leer cosas como estas.
    Muchos más abrazos para ti.

    ResponderEliminar