martes, 24 de septiembre de 2013

Con el sentimiento en la mano, digo...

La costumbre.
La que nos normaliza nuestra
conducta atípica, insensible,
nuestra rutina destructora,
y, lo peor, casi:
autodestructiva.

La costumbre que nos ciega
y nos permite seguir viviendo el día
con relativa tranquilidad.
La que nos hace molesta
cualquier visión de la realidad más allá
de lo que nos apetece ver...

"Si no estamos bien todas, esto no tiene sentido."
"No tiene sentido", me repito.

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Donde una imagen de coche moderno
se mezcla con mujeres bailando en torno
a un muchacho bien trajeado,
y una imagen de la santa biblia
se cuela en la pantalla, por sorpresa.

Donde no valen las palabras,
sino las acciones de cambio,
donde hay desconfianza
ante lo extranjero, y cierto celo...

Donde hay necesidad, donde hay silencio.
Donde tantas personas han sido
olvidadas,
antes siquiera de haber nacido.

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A ti que me lees, europea de clase
media. A ti te señalo con el dedo
con cierto odio, con cierta rabia.
Sin ser yo la que habla, siendo
una otra persona cualquiera.

A ti, porque no puedo ya señalar
más alto. Porque mi dedo tiene
un poder limitado de alcance.
Sé que te piensas víctima, mas
desconoces tu poder efectivo.

Te señalo y señalo tus vicios. Tu
hipócrita discurso cuando hablas
de hacer política. Te señalo cuando
hablas de hacer democracia, de
las estructuras, de los tiempos.

Me dirijo a ti, neoburguesa, charlatana.
Me dirijo a ti y te culpo. Sólo por
limar mi rabia, la nuestra. Tu complicidad
tiene un precio. Un precio que tú no
estás viendo ahora, pero que salpica.

Te señalo desde la desesperación
también. Te señalo con la impotencia
de quien se siente atrapada en un
presente que esclaviza y no encuentra
un mañana en el que mantenerse.

Te señalo como un símbolo. Como
para que sepas que sé que eres culpable.
Que tu hazaña no ha pasado desapercibida.
Que te vigilo, desde la distancia, pero
muy cerca al mismo tiempo.

Pero no ha de ser mía la pena,
sino tuya. Que eres consciente
del sufrimiento que conlleva este
sistema, y no eres capaz de ceder
tus beneficios por cambiarlo.

Te señalo con una ira adolescente
de quien no asume que las cosas
no funcionen como debieran...
Desde un dolor profundo al saber,
al ver, que el daño sigue viviendo...

Me dirijo a ti, para decirte
que hay muchos mundos más allá
de tu burbuja. De tu ajetreo de trenes
y trabajos, de currículum y llantos.
Más allá de tu mundo...

Y si yo he podido verlo,
que soy una humana cualquiera,
si yo he podido hacerlo, dar el salto,
de la rabia a la construcción,
de la desesperación al trabajo...
Si yo he podido hacerlo,
no hay excusa posible que
te haga mantener tu condición
de persona opresora...

Me dirijo a ti, como última esperanza,
porque necesito tu fuerza también
para seguir construyendo,
porque las generaciones siguen
sufriendo en sus carnes
dolores evitables...

Y no hay excusa que sostenga
tu teoría, tus palabras.
No hay excusa. No hay excusa.
La necesidad no entiende de excusas.

Y nuestra vida avanza,
y nuestro trabajo permanece.
Sólo el trabajo, el cariño,
la pasión por la propia tarea...
Las palabras vuelan.

Y no hay excusa.

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 Me perdonáis que escriba en abstracto. Pienso a ratos que es la mejor manera que tengo de transmitir un mensaje, un sentimiento tan intenso. Por aquí el trabajo avanza. Seguiré en Douala esta semana, con distintas tareas pendientes de la organización.

Superada la dolorosa diarrea de la viajante, con toda la dignidad posible, y alternando las intensas y ruidosas lluvias nocturnas con el sofoco de las tardes. Como bien, duermo bien. Todo bien, estad tranquilas/os. (^-^) Douala me ha acogido con los brazos abiertos, yo sólo tengo agradecimientos.

Todos los pensamientos, todas las emociones, todo lo que veo, queda en mí. Para seguir creciendo, espero.


Gracias por el cariño, que sí se siente, que sí me llega aquí, en los ratos más importantes.
Todo lo que me mandáis, las buenas intenciones y deseos, la fuerza, me llega, y me hace recordar que estoy haciendo algo que merece la pena...

Os quiero y os tengo siempre presente. Sé que estamos juntas en esto. 

Mucho cariño para las españas. 

-Isa-


4 comentarios:

  1. Todos los ke leamos esto, todos los ke e conocmos, no podemos dejar de quererte, poco o mucho, pero quererte.
    Besos de una pseudoburguesa.

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    1. Se agradece, mucho, el cariño. Abrazos desde otra en proceso de des-aburguesarse. ;)

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  2. Respuestas
    1. No, aún. Pero comeré todas las buenas frutas de la zona y os describiré los sabores, jeje ;)

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